Fernando Alonso alzando la bandera española |
Ya le puede pasar lo que sea a la prima de riesgo, o estar nuestro presidente en Roma con las otras tres potencias más importantes de Europa, que cuando llega el verano, las vacaciones, y «echan» una buena competición deportiva, se nos olvida todo. El Rey va a Algeciras para apoyar a los pescadores gaditanos mientras los mineros asturianos ponen rumbo a Madrid con su protesta guerrillera porque quieren que el Estado les mantenga aunque exista la vitrocerámica y ya no necesitemos el carbón. Es igual, todo se detiene para ver a nuestra selección con ojo exigente, pero disfrutando del desgañitarse por cada gol. Es tiempo de celebrar la victoriosa España, de que el de derechas y el de izquierdas se abracen como los hermanos que son olvidando lo demás y viviendo la emoción de cómo España asombra al mundo con su deporte. El día «E» la RAE agrega a nuestro diccionario palabras como canalillo o gayumbo haciendo aún más rico el tercer idioma más hablado del mundo, y Estados Unidos apoya las medidas españolas para paliar la crisis, y Merkel nos defiende... En fin, que España está de enhorabuena. Es tiempo de celebraciones y jolgorio, que si algo se nos da bien, a parte del deporte, es la fiesta. Deporte donde su «roja» es la joya de la corona. No, no me refiero a la selección portuguesa que también va de este color, ni a «la Pasionaria», ni a «la Bardem», ni a «la Pajín». Me refiero al selecto conjunto de jugadores que nos representan en las competiciones deportivas internacionales y que tanto nos están haciendo disfrutar del deporte, y han descubierto cómo pueden hermanar a una nación tan confrontada a veces como España.
Xavi Alonso celebrando su segundo gol a Francia |
El fin de semana, desde luego, España ha estado que arde. En primer lugar por las fogatas que han perfilado con su luz esta enorme piel de toro por la noche de San Juan. El verano no ha hecho más que empezar y ya rompíamos maldiciones como la de ganar a Francia en un partido oficial. Pero detrás llegaba el domingo con una victoria de Fernando Alonso y su escalada de puestos desde el undécimo hasta el primero en una emocionante carrera por el premio de una Europa más «españolizada» que nunca, en una Valencia más que orgullosa de su emocionado piloto de fórmula 1. Y es que ahora mismo puede venir el rojo de la bandera, de Ferrari, o de tanto vapulear la raqueta de Nadal, abanderado para los JJ.OO. de Londres 2012. Una pena que esta semana comience peor para el deporte español con la noticia del fallecimiento del joven jugador del Betis que ha perdido el partido contra el cáncer. Estoy convencido de que el próximo gol de la selección va por él. Quien fallecía hace tres años era el rey del pop cuyos movimientos también asombraron al mundo mientras no se sabía si era blanco o negro. Aunque nosotros ahora, gracias a nuestro deporte, lo veamos todo un poco menos negro.