lunes, 10 de octubre de 2011

Carpe Diem


Logotipo de Apple. 

Algunos más que otros hemos oído esta expresión. Y quien haya visto “El Club de los Poetas Muertos” ni se sabe. Pero es una lección que un hombre se aprendió bien. La semana pasada Apple presentó su nuevo iPhone 4S. Un día después fallecía la mente brillante que lo inventó. En la era de los medios de comunicación, él inventó el medio por el que nos enteraríamos de su muerte. Un hombre con 317 patentes. Un hombre que deja una viuda a la que no hubiera conocido si no le hubieran despedido de su propia empresa. Un hombre que no deja sólo el iMac, iPhone, iPod y iPad, sino también Pixar, Next, iTunes, y una revolución tecnológica que ha tenido mucho más que ver que la aplicación táctil a dispositivos de mil y un usos tanto para el entretenimiento como para el trabajo. La manzana mordida, símbolo de un envidiable diseño y calidad tecnológica, se ha teñido de luto. Steve Jobs deja una filosofía de vida, entendida por muy pocos; Carpe Diem, cuidado con lo que haces con tu tiempo, porque es limitado. Steve Jobs hizo lo que más le gustaba, lo que a él le apasionaba, y gracias a eso el mundo se ha despedido de él con un: Adiós, y gracias. Un hombre que aprovechó su tiempo, un hombre que ha dejado huella. Un hombre que hizo de los auriculares blancos un toque de distinción.

iPhone con su aplicación de Google Earth. 
Nunca sabes cuándo llegará tu hora, ni cuándo te van a despedir. Si no, que se lo digan a los 95.817 nuevos parados del mes de Septiembre que ya engrosan nuestras millonarias listas de desempleo. La Duquesa de Alba también ha sabido aprovechar su tiempo casándose otra vez. ¿Se habrá enterado de que si su marido la llama zorra no está considerado como un insulto? Pero desde luego, el que no pierde el tiempo es nuestro gobierno. Cámaras disueltas, precampaña electoral, y se dedica a ceder Rota como base militar a Estados Unidos. Rota puede, pero además,  desvencijada y patas arriba es como ha dejado a España este gobierno de la más aberrante y extrema izquierda de libro. De todas formas hagamos caso al inventor de los aparatos sin libro de instrucciones, que hizo de la tecnología un lenguaje, y aprovechemos el tiempo. Que después de nuestra marcha, el mundo nos dé las gracias, o al menos, anónimamente, podamos decir nosotros: De nada.

1 comentario:

la Dama de Shanghai dijo...

Tengo que confesar que me ha emocionado el artículo, y Steve Jobs se lo merece, personas como el hacen de este mundo un lugar mejor.
¡Gracias!.