lunes, 3 de octubre de 2011

Vacunas


El toro, rey de la pradera ibérica. 

¡GOL de España! Desarrollando la primera vacuna que podría ser capaz de prevenir el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (VIH), que ya ha superado los primeros ensayos clínicos realizados en 30 voluntarios. Otra demostración de que no se debe subestimar la capacidad científica o tecnológica española. ¿Será España la que libre al mundo del Sida? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, también hemos descubierto que en Cataluña no tienen dinero para vacunas con tanta embajada, fomento del catalán y demás caprichos independentistas… Luego resulta que es que el dinero se lo queda Madrid (que es como llama Cataluña al resto de España). Menos mal que el lunes se ejecutó la ley anti taurina en Cataluña. Una vacuna contra la crueldad animal que empezó en Canarias y ahora se repite en el extremo opuesto de nuestra geografía. Otro trocito más de tierra donde el toro puede pastar tranquilo, en paz, tal y como es su naturaleza y su mundo, manso. Otro sitio más donde está prohibido el maltrato animal y la crueldad con los seres vivos. Yo no soy vegetariano, ni un santurrón. ¿Está el cerdo al punto para matar? ¡Adelante! Prepara la sangre para la morcilla, coge esa tripa para el chorizo, vamos con la piel para el tocino, y no te olvides del salchichón, el blanquillo, la butifarra, la chistorra, y sobre todo y como no… El jamón. Pero mata al animal de la forma más rápida e indolora posible, por favor. Porque una de las cosas que nos diferencian de esas bestias, es la inteligencia. ¿Por qué no utilizarla para que esa muerte que ha de producirse sea lo más llevadera posible? Y si la meca del toreo se convierte en recinto para conciertos y circos ¿Por qué no hacer un museo taurino para el recuerdo de una tradición, que aunque cruel y brutal, también es plásticamente hermosa?

Planeta Tierra. 
Hay una enfermedad que, el día que descubran su vacuna, el ser humano dejará de ser humano. Es esa parte del alma donde la ambición, la envidia, la gula, la pereza, la ira, el odio y la soberbia juegan cogidas de la mano. Es lo que le hace al hombre sacar los tanques a la calle, lisiar a un perro tirándolo desde un puente, pegar un tiro a una embarazada en una iglesia, intentar exterminar una raza o pegar a su mujer. Y es así. Sin esa parte, ni seríamos humanos, ni podríamos vivir, ni las cosas buenas que ni son noticia ni interesan aun sucediendo todos los días, tendrían el valor tan enorme que tienen. Esa parte ha sido la que ha provocado que ya hayamos consumido todos los recursos naturales del planeta para este año. Y pensar que estos tres meses que quedan son meses de consumo de más… le dan ganas a uno de comer menos y no beber mucho… Como de pasar de puntillas por la vida. Pero no se inquiete, no ha sido culpa suya, y menos con esta crisis que nos tiene censurado el vicio del gasto. Los culpables saben quiénes son. Usted siga trabajando, que lo está haciendo muy bien, y cuando pueda, salga al parque, que es gratis y está “otoñociendo”, y me han dicho que es precioso. Feliz semana. 

2 comentarios:

la Dama de Shanghai dijo...

A mi me parece muy bien que se defienda al toro, pero cuando lo sueltan por las calles con las astas encendidas como antorchas ¿quién les defiende? y ¿quién defiende a la cabra que tiran desde el campanario del pueblo? y ¿a los gansos que cuelgan vivos boca abajo y les arrancan la cabeza de cuajo????. Por no hablar de las gallinas ponedoras, que tienen una vida absolutamente indigna. Bueno, pues cuando defiendan a todos estos animales, podríamos hablar de cerrar las plazas de toros, que por el momento mantiene a muchas familias y evita la extinción de una raza de toro, que de no ser por mantener la tradición taurina probablemente ya estaría en peligro de extinción.

David Jiménez dijo...

En mi opinión es igual por donde empecemos, el caso es que lo hagamos. Y esa especie de toros de la que habla podría mantenerse igual que muchas lo están ahora mismo en parques naturales y/o reservas de la biosfera. Estaría bien, dado que a muchos de los aficionados al toreo les gusta la caza y seguramente han contribuido a la extinción de otras especies como el lince ibérico. Por fin apreciarían el valor de esas fincas, si realmente les gustan los toros.