Don Juan Carlos I, rey de España. |
Este, no el de hace cuatro días, este. Este es el rey que quiero para mi país. Este es el rey que merece España y que merecen los españoles. Se cierra un capítulo en el anecdotario de la Corona Española con un final más que feliz. A los que van por la vida cual jamelgo con anteojeras no, pero a los que intentamos aprender de todo un poco, y profundizar, vemos en este hecho varios aspectos: En primer lugar que, o los medios no comunican las actividades de la casa real cuando no interesa, luego no hay total libertad de expresión, prensa o difusión, o se le permite a La Zarzuela tener demasiada intimidad como para funcionar única y exclusivamente con fondos públicos. En segundo lugar y más importante que tenemos un monarca que sabe reconocer sus errores humildemente y con el corazón en la mano como bien delataba la expresión, tanto corporal como lingüística, que hemos podido ver en las imágenes de su disculpa pública. Y en tercer lugar, que todas aquellas personas extremistas, fundamentalistas, radicales, presas de los arapientos y ajados ideales que una vez provocaron en España la guerra fratricida, se han delatado. El conservadurismo acérrimo e intransigente tacha a don Juan Carlos de débil y una senil figura de la mal-pertrechada transición española. Mientras que el liberalismo fanático, de matices comunistas, aboga por el final definitivo de la monarquía y la llegada de su mesiánica tercera república.
Cristina Fernández presidenta de Argentina. |
Hay que saber reconocer los propios actos, tanto si se hace bien, como si se hace mal. El Gobierno, a parte de no saber lo que había en los cajones cuando llegó a La Moncloa, no ha puesto el copago sanitario, sino una medida para no tener que imponerlo y cumplir con su programa lo mejor que la crisis le permita. Por otro lado, del Atlántico, tenemos a la presidenta de Argentina que ya se ha salido con la suya en su empeño por hacer caer en picado su popularidad tanto en España como en la, cada vez menos pujante, Argentina. Y por si fuera poco vemos cómo un niñato se atreve a «rebuznar» a hombres de negocios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que le sacan 30 años por lo menos, en un vago intento de amedrentarles resultando una muestra de chabacanería y falta de comportamiento grave. Vamos, que el país hispanoamericano está quedando fatal, hasta el punto de que ya nos respalda la Unión Europea y Washington por no contar a México, donde ha estado nuestro presidente de visita. Y dudo que se disculpe nadie por esto. Dudo que muchos políticos o dirigentes tengan la honorabilidad, educación, humildad, nobleza o sabiduría que ha demostrado nuestro Rey. Sí, sabiduría, porque alguien muy acertadamente dijo una vez que rectificar es de sabios.
2 comentarios:
"lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir..."
¡Genial! el video, me ha gustado mucho el artículo también.
Muchas gracias, a ver si nos animamos a conversar sobre el tema y expresar distintas opiniones en los comentarios. Gracias.
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