Azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid |
Un verano atroz para el mundo de la cultura que tantas pérdidas ha sufrido. Comenzando con Sancho Gracia y terminando con Carlos Larrañaga pasando por Aurora Bautista, Michael Clarke Duncan, Brenardo Bonezzi, o Chavela Vargas poco después de su paso por Madrid y ensalzar España y México en aquellas metáforas que tanto gustaban de ella. Sin contar con otros tantos menos afamados. Gente cuyo talento les proporciona la facultad de quedar inmortalizados gracias a sus obras. Ya sea plasmados en la película, impresos en las páginas de una novela, grabados en calidad mp3, o en los trazos de espectaculares lienzos que visten salas de museos o casas particulares. Es lo que tiene la cultura. Es la humilde admiración de cómo una persona con un talento especial se ha internado en el arte para buscar con su estilo particular la belleza. Aunque la belleza, como el arte, es muy subjetivo. En la antigua Grecia se creía que uno gozaría de una vida eterna en el más allá si se le recordaba en la Tierra. Nos puede quedar el consuelo de que halla un Ateneo entre las nubes desde donde los más grandes y admirados contemplen los comienzos de los principiantes e inexpertos artistas.
1 comentario:
La foto del Círculo de Bellas Artes es maravillosa, pero el artículo me ha encantado!!! Gracias por el toque poético que ha impregnado sobre todo el final de este precioso texto.
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