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| Emigrantes en 1950 |
Es una emigración distinta de la que experimentó España hace no muchos años cuando también intentábamos salir adelante. Hoy no nos vamos para barrer o para cubrir los servicios domésticos de las clases acomodadas. Ahora se van ingenieros, profesores y chicos con una preparación más que envidiable que hacen uso de ella para desenvolverse en otros países donde sí que se fían de la gente joven. Enviamos cerebros cultivados en España que ayuden ha hacer virguerías con las cifras empresariales de Estados Unidos. Se va sangre joven española que va a enseñar nuestro idioma a los otros dos tercios del mundo donde no se conoce. España se vacía de mentes tan brillantes que las reclaman desde hace tiempo en la primera potencia europea, y que hasta Merkel ha dejado claro su interés en los españoles para importarlos a Alemania. También es distinto que a mediados del siglo pasado porque esta emigración no se nota en España, ya que, asombrosamente, siguen llegando inmigrantes a nuestro país a pesar del paro y la crisis sufrida. Esperemos que les vaya bien a nuestros compatriotas, que les veamos felices y contentos en" Españoles por el Mundo", y que sea para bien la huella e imagen que dejemos allá donde viajemos. Porque la peor parte es que España no les puede contratar, pero es muy buena noticia que les demanden en el exterior. El drama no es que se vayan, sino que no se puedan quedar.
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