Escudo de los Mossos d'Esquadra |
En el Consejo de Ministros de este Viernes no sólo se ha aprobado el anteproyecto de ley para modificar la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios con el objetivo de mejorar la fármacovigilancia y evitar la entrada a España de medicamentos falsificados. También ha habido respuesta en este Consejo de Ministros a las declaraciones que ha hecho el consejero de interior de la Generalitat, Felip Puig sobre que los Mossos d'Esquadra estarían al lado del gobierno catalán en un eventual conflicto entre Cataluña y es resto de España. La vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría ha sentenciado que nadie puede utilizar el cuerpo de seguridad autonómico de Cataluña "a su antojo para sus propios deseos". Pero quedaba aún el anuncio del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, que hablaba sobre una posible prohibición para difundir imágenes de agentes de policía, en el marco de la Ley de Seguridad Ciudadana. La portavoz ha dicho que aún debe pasar esta iniciativa por un "procedimiento muy exhaustivo" que no está cerrado y que buscará "encontrar el equilibrio y máxima protección" entre los derechos fundamentales y el "derecho a la integridad personal y la propia seguridad" de los policías. Una situación harto cansina para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que viven en un desasosiego constante entre unos que tiran de un brazo y otros del otro. Principales víctimas de un país donde sólo parece que el pueblo les odia, y el Gobierno les utiliza. El brazo ejecutor de un poder que aúna la legislación y la ejecución, a la vez que pretende ser calificado de democrático. Así nos va "sobre seguro".
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