Reloj blando de Dalí en su primera exposición |
Somos pasajeros del tiempo pasajero. Presas del calendario que se sucede sin descanso en un otoño continuo de hojas con números impresos que no dejan de caer a merced de las horas, minutos y segundos que pasamos mirando el reloj. Sin darnos cuenta pronto comenzará el Adviento y cuando nos hayamos dado cuenta estaremos cenando con toda nuestra familia armando follón alrededor de la mesa. Entretanto se suceden los días, y después de una semana como la que hemos dejado atrás queremos saber ya lo que se prevé para la siguiente. Y no es para menos con todo lo que trae. En primer lugar una huelga general que tiene a medio país temblando por aquellos cuya vida no se paraliza el miércoles ni mucho menos, y la otra mitad de país deseando que llegue para ver la que se arma. Porque existen los que gustan de ser camorristas. Por otro lado el viernes tenemos reunión en Cádiz de los países hispanos en homenaje al 200 cumpleaños de la Constitución de 1812. Con la ausencia de Argentina parece que hay una buena noticia asegurada para ese día en el que Madre Patria e hijos escindidos se encuentran para ponerse al día. Y es que los años no pasan en vano, porque no nos damos cuenta pero el tiempo pasa para lo bueno y para lo malo.
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