jueves, 29 de marzo de 2012

Derecho al trabajo

¿A dónde voy hoy? Derecho al trabajo. 
Jueves, 29 de Marzo, miro mi agenda por si acaso y ni siquiera hay santo del día, sino que me encuentro a la beata Beatriz de Silva. Así que creo que no meto la pata al afirmar que hoy en España es día laborable. A día de hoy, hay más de cinco millones de parados, una cifra impensable cuando España era novena potencia mundial. Ahora mismo están saliendo de las universidades las promociones mejor preparadas que ha tenido España en su historia. Nunca se habían visto tantas dobles titulaciones, con varios másteres, además de varios idiomas, habiendo hecho tal curso, tal otro, este trabajo y habiendo pasado aquel mes en ese país de Europa, o en tal ciudad de Estados Unidos. Precisamente esta noche en Comando Actualidad se emitía un reportaje sobre ingenieros aeronáuticos que arreglan ordenadores, titulados en empresariales o ciencias políticas sirviendo café, o camareros con derecho o lengua y literatura. No nos damos cuenta de la lacra que supone que ahora mismo una persona se halla esforzado tanto, durante tanto tiempo, para acabar limpiando peceras en oficinas ajenas. Personalmente se me ponía la carne de gallina cuando he visto y oído la pasión de un chico de cuarto de periodismo por su amada y querida radio. Las ganas que tiene ese chaval de trabajar en una radio son inmensas, y no lo ha podido hacer ni con unas prácticas, estando en su penúltimo año de carrera. ¿De qué trabaja? servicio de atención al cliente en una gran superficie. Y podría ser peor, pero ¿Y los años que está perdiendo ese chico de experiencia? ¿Y la pérdida de talento? Eso también cuenta. Por lo que se me ponen los pelos de punta, es porque la pasión de ese chico por la radio es compartida por mí, pero detrás de él voy yo, y va gente que conozco, con la que llevo conviviendo y estudiando tres años. Hay que sentir lo que es estar estudiando mientras ves que tu meta es el desempleo. Porque estaremos preparados, pero somos pre-parados. Y no somos pocos. ¿De verdad que va a tener el valor de impedirme trabajar hoy? 

Huelga la huelga.
Vergüenza es lo que me daría a mí si pudiera ir a trabajar y no lo hiciera porque prefiriese hacer huelga. Cuán ignorantes son los sindicatos de lo ofensivo que es convocar esta huelga para nosotros. Sí, para mí también. Es ofensivo para los pre-parados, para los pre-jubilados, para los que ven peligrar cada día más su puesto de trabajo y para los desempleados. Sin hablar de lo que les debe de doler a los que ya no pueden cobrar el subsidio de paro. Es denigrante que un puñado de españoles que cobra su buen pellizco del «papá Estado» se dediquen a impedir mediante piquetes «informativos» que sus vecinos, compañeros o compatriotas, puedan trabajar ese día. Hay que desarrollar una ley de huelga y hay que informar a los piquetes de que también existe el derecho y el deber de los españoles al trabajo, recogido en el artículo 35 de nuestra Constitución. Desde aquí, un pre-parado, le pide que vaya a trabajar. Coja su uniforme, su mono, su traje o sus atuendos, y salga de casa para ver amanecer, como nos gusta presenciar a los que nos agrada eso de trabajar. Coja el transporte público si puede, para sumarse a todas esas personas que han hecho lo mismo que usted, y agréguese a ese ejército de gente que cree que de la crisis se sale trabajando. Agarre con fuerza su maletín, su mochila o su cartera. Sonría con ánimo al nuevo día. Saque pecho ante los adormilados trasnochadores o gandules compañeros. Suba la barbilla orgulloso de que usted ha optado, como cada día, por contribuir con su esfuerzo a que España produzca, y nuestro motor no se detenga ante quien no entiende, o no quiere entender, que quien algo quiere, algo le cuesta. 

1 comentario:

la Dama de Shanghai dijo...

Absolutamente de acuerdo, yo No hice huelga, o mejor dicho, la hice a "la japonesa", hice casi 12 horas seguidas, el hambre lo calmé con un par de tés y unas galletas, pero al día siguiente logré entregar mis informes a tiempo. No soy partidaria de las huelgas, deberíamos inventar otro modo de conseguir ventajas, que tomen nota los liberados sindicales, que piensen un poquito que para esto se les paga y se les libera de su "trabajo". ¡Ah! y otra cosa, también existe el derecho a no hacer huelga.