lunes, 30 de abril de 2012

Anatomía de Brey

Mariano Rajoy Brey. 
Nuestro presidente no está haciendo otra cosa con España que intentar curarla, pero ¿de qué manera? ¿es competente este doctor? Es lo que se está cuestionando ahora la población. Don Mariano nos ha diagnosticado y ha decidido aplicar una terapia de choque. Para ello ha cogido el bisturí y parece que  no lo suelta. Lo malo es que Rajoy ha sido ese médico comprensivo y afectuoso que nos ha dicho en la consulta que iba a doler, aunque tampoco mucho, y una vez en quirófano, nos hemos dado cuenta de que sí que duele, y mucho. Y mientras el paciente se queja, don Mariano se esmera en cortar la hemorragia, sanear la zona, limpiar, quitar tumores (y parásitos), quitar de allí y poner aquí para remendar en este lado, a la vez que Sáenz de Santamaría le seca el sudor y él pone ojos desquiciados en su sana obcecación de destruir la enfermedad que lleva sufriendo España varios años. Ante las quejas el preocupado doctor nos dice que veníamos de un médico que nos ha destrozado por dentro y que ni él sabía que estábamos así hasta que ha abierto, y ha visto el percal. 

Logotipo modificado del Partido Popular. 
Y la ciudadanía se sigue quejando porque las intervenciones no cesan a cual más dolorosa que la  anterior. Lo malo es que la respuesta de nuestro doctor a la queja de: «Que me duele», ha sido: «Y más que te va a doler». Eso, don Mariano no le gusta oírlo a nadie. Por lo que veo totalmente lógico y normal, que si media España está en las grandes ciudades «cantando bajo la lluvia» con sus pancartas, y usted les responde semejantes borderías, se gane la fama de «Mariano Manostijeras» que tiene. Porque la oportunidad que tenía en Madrid de calmar los humos, era de oro. Y parece que usted la ha aprovechado para caldearlos incluso más. Mi consejo: Humildemente y como ciudadano ignorante de cómo están ahora mismo las cuentas del Estado, lego en usted (ya lo hacemos con nuestro voto) las competencias de la economía española para que haga lo que crea usted oportuno. Ahora bien y por favor; cautela, tacto, paciencia, orden y cuidado de por dónde se va la tijera. Recuerde que un «poder absoluto» conlleva una «responsabilidad absoluta». Y recordemos nosotros que hay que abrir la herida infectada, raspar la costra, empastar la caries y beber ese jarabe tan amargo porque el médico lo dice, y punto.

P.D.
Dedicado a Miguel Algora, ocurrente del título. 

1 comentario:

la Dama de Shanghai dijo...

El símil es perfecto y el título muy acertado, el logotipo modificado ¡no digamos!! pero lo que me ha encantado es la imagen de la semana ¡qué bonito es Madrid y qué poquito se lo decimos!