lunes, 7 de mayo de 2012

Ces't l'amour

Banderas «geográficas» de Francia y Alemania. 
Así son las relaciones. Unas veces son inseparables sus miembros, y otras la relación se rompe. Francia vira a la izquierda, y aunque Alemania promete una estrecha colaboración, todos sabemos que no será la unión casi marital que acuñó el término «Merkozy». Eso en cuanto a Europa, porque si lo vemos desde nuestro punto de vista... Los Pirineos se nos hacen cumbres que atraviesan las nubes inalcanzables para la vista. Esperemos que, en esta era de la comunicación, la geografía no sea tan importante para la política como antaño, porque donde Hollande ve «un nuevo punto de partida para Europa», yo veo un futuro incierto para una Europa dividida. Y lo que es peor, una península Ibérica desgajada del primer y segundo motor que hacen funcionar este continente. Pero, a pesar de que ahora miremos de reojo y con preocupación a nuestra hermana Portugal, o a la siempre amiga de ultramar Italia, cabe la esperanza de que la canciller alemana busque un nuevo compañero de «parranda».

Ilustración sobre el amor maternal. 
En cualquier caso y dejando a un lado la inquietante actualidad política, hablábamos de las relaciones y el amor. Queda muy chic decir eso de: «ces't l'amour» cuando uno ve las consecuencias de ese sentimiento en la pareja. Pero este domingo se celebraba una fiesta al amor mucho más grande que ese que se promociona por San Valentín. Este domingo era el día de esa persona que ama incondicionalmente, para siempre y por naturaleza. Ayer era el día de esa mujer que tuvo la suerte, a diferencia de nuestro padre, de traernos al mundo. Ayer se felicitaba a la persona que siempre está detrás de nosotros en la foto, siempre con una sonrisa. Testigo fidedigno de nuestros disgustos, caídas, logros, decepciones, alegrías, tristezas,... Ella siempre nos ofrecerá la mano, pero si le cogemos el brazo, ella nos lo dará. Mano de alivio, mirada reparadora, bastón de apoyo, fuente de cariño. Amor sin adulterar, en estado puro. Y es que hay que dejar de felicitar a las madres, que ya se las felicita bastante en sus cumpleaños y demás. Porque ¿Qué responde ella, como madre que es? La madre, por su bondad infinita, sólo puede dar las gracias porque su naturaleza no le deja ver que eso es una injusticia. Somos nosotros quienes tenemos que decir a nuestras madres: Gracias mamá, de corazón, por quererme tal y como soy y porque sin ti no sería quien soy. 

1 comentario:

la Dama de Shanghai dijo...

A ver si Hollande resulta mejor que Zapatero para su país y para Europa por lo que nos toca. Y una vez repuesta por la emoción al leer los halagos a las madres, solo tengo que decir GRACIAS, y ratificar que lo mejor que me ha pasado es ser madre y día a día es el sentido de mi vida.
P.D. Muy entrañable "La imagen de la semana" parece ser una foto premonitoria de su futuro periodístico.