domingo, 14 de octubre de 2012

Banderas

Detalle de la enseña nacional
Si no nos han enseñado por televisión la bandera de Cataluña veinte veces no nos la han mostrado ninguna. Porque esta semana ha sido, más que ninguna otra, de banderas. La catalana ha estado presente como lleva estando desde el pasado 11 de Septiembre, acompañando una problemática que, después de haber cumplido un mes, ya puede considerarse en otro orden de importancia mayor. Las banderas autonómicas de Euscadi y Galicia han ido arropando a sus respectivas campañas electorales. Pero a parte de las autonómicas, también hemos visto la de Cruz Roja en su "día de la banderita". Y poco después llegaba el día de la hispanidad donde se hacía sentir el orgullo de ser español en todas las calles del país que celebraba su día en el recreo de los que se sienten felices de pertenecer a este proyecto más o menos bien avenido, y harto antiguo, al que llamamos España. Precisamente, el día de la Virgen del Pilar, se le otorgaba a la Unión Europea el Premio Nobel de la paz, por su labor de unificar a los países que cayeron en guerra el siglo pasado exportándola a todo el mundo, y que ahora son símbolo de unión y hermanamiento entre naciones que luchan por salir juntas de la crisis. 

Bandera de la Unión Europea
Y es que quizá el pasado viernes haya sido el día de la unión por excelencia. A lo mejor debemos ver el pasado 12 de Octubre como una auténtica celebración de las dificultades que se superan mejor juntos. Porque la historia y, seguro que nuestra experiencia personal, nos demuestra que es cierto aquello de que la unión hace la fuerza. Son los antiguos sentimientos de pertenencia a "la república independiente de mi casa", y sin querer hacer alusión a ninguna marca, las que nos retrasan en la evolución del seguir adelante con un proyecto común. Claro que estamos orgullosos de pertenecer a nuestro barrio, nadie se avergüenza de ser de su ciudad, y mucho menos de lo bonita y gentil que es su provincia. Pero así también nos debería resultar extraño que alguien no gustase de ser español. ¿Vergüenza de qué? Son nuestras raíces, nuestros orígenes, la tierra que dio de comer a nuestros ascendientes y donde eligieron vivir. Es el país que abarca los derechos por los que nuestros antepasados dieron la vida. Y ahora que hay menos fronteras que nunca, debemos seguir en ese proceso de unidad para comernos el mundo, pero con el mundo. Como aquella idea de unión peninsular que tanto deseamos aún algunos españoles


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