Empate

Escudos de los clubes de fútbol Barcelona y Real Madrid

Muchos hacían del partido de ayer auténticas elucubraciones sobre lo que significaría el resultado con respecto a la problemática política que rodea a los dos clubes. Por un lado el sentimiento independentista reflejado en las calles de la capital catalana y dentro del mismo estadio con un público entregado a mostrar los colores de la bandera española. Sí, sí, española. Porque la procedencia de la bandera española es la bandera del reino de Aragón, que en la actualidad adoptan las comunidades autónomas que tienen su origen en el susodicho reino de Fernando el católico. En la otra esquina del cuadrilátero, el equipo que simboliza el yugo de la monarquía y el estado centralista español que asfixia la avaricia catalana con su despótico reparto de la riqueza común dando una a Cataluña, por cada una de los demás, porque Cataluña es más. ¿no? No sé si se comprende la ironía que intento plasmar en este estúpido discurso de la soberbia que se vive ahora mismo en el nordeste español. Pues al final, empate, es decir los dos perderían por que la unión hace la fuerza. Claro que puede que sea tiempo de amputar los miembros cancerosos de este enfermizo cuerpo. Quizá es hora de no contar con los que no quieran que se les cuente. A lo mejor tenemos que dejar de escuchar el discurso chantajista de los independentismos y formar juntos una España que por fin se siente orgullosa de ser española. Puede que al final gane quien menos se espera ganar.